Thursday, February 19, 2009

HABITACION DE 40 MIL DOLORES LA NOCHE CON PICINA COLGANTE,
hay cuanto me gusta el rio, y la playa...



Esta habitación Cuesta nada mas que 40 mil dolores, la noches. K OPINAN E, CON UNA PISCINA COLGANTE,
BANOS DOMINICANOS


apocalipsis 2:4 “Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;
y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor


El recibir a Cristo como tu único y suficiente Salvador es una de las cosas mas bellas que el ser humano puede experimentar, es algo que si tu no lo experimentas nunca sabrás a que me refiero.
Luego de recibir a Cristo nuestra vida cambia totalmente, no por una imposición, sino por el milagro que se denomina: Nacer de nuevo. Este milagro nos lleva a amar a Dios como jamás antes lo habíamos amado y ese mismo amor nos lleva a querer hacer algo para agradecerle el hecho que ha cambiado nuestra vida y nos ha dado vida eterna. Es ahí donde comenzamos a servir a Dios, con un corazón sencillo, pero con muchas ganas de servirle.
¿Recuerdas tu primer privilegio?, yo lo recuerdo muy bien, fue en Agosto del año 98 cuando me dieron el privilegio de ser la ayuda de un hermano que daría la clase a niños de entre 9 y 11 años. Recuerdo que ese día llegue muy orado y con muchas ganas de servir, mi tarea era tan sencilla como solo evitar que no hicieran desorden y llevar al baño a los que lo necesitaran. Pero yo era feliz, no importaba si tenia que ir cincuenta veces al baño, yo era feliz cumpliendo mi privilegio.
Todos hemos tenido una primera vez en algún privilegio y si es el que tanto anhelaste te aseguro que ese día te sentías el hombre o la mujer mas feliz del universo, porque Dios había cumplido tu sueño de servir en esa área.
No podemos negar que aquel privilegio que tanto nos costo conseguir, lo hemos hecho con mucho amor y con mucho esmero.
Pero lastimosamente con el transcurrir de los años, llega un momento en donde el servicio se convierte de nuestra parte en algo monótono, algo que se hace una rutina y perdemos el sabor de hacerlo con las mismas ganas o con el mismo anhelo de antes. A eso la palabra le llama: “Perder el Primer Amor”.
A lo mejor tu eres una de esas personas que después de un tiempo, ahora ya no le sientes el mismo gusto al servicio, a lo mejor ahora ya ni siquiera valoras aquello que con tanto esmero le pediste a Dios que te diera.
Amigo mío, en el versículo que acabamos de leer hay una palabra de Dios para ti: “Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo”, a lo mejor has trabajado mucho para el Señor por amor a El, pero ha llegado un momento en tu vida, en donde estas haciendo las cosas solo por hacerlas, quizá por compromiso o por una simple rutina, a eso yo le llamo: “Servir a Dios, pero sin Dios”.