Este es mi espacio PERSONAL.. soy Evangélico desde el 2000, mi misiones es ser un canal de bendición a travez de lo que hago. cantar de musica tropical que hablan de las maravillas de Dios. aquí estare compartiendo mi idea y lo que hago. gracia a su misericordia. CRISTO ES EL REY
Tuesday, February 24, 2009
Impacto Evangelístico en el Batey Inocencia.
El Ministerio del Escuadrón conjuntamente con otros miembros de la Congregación Cristiana Agua Para los Sedientos llevaron a cabo lo que fue un Operativo Evangelístico en el Batey Inocencia de San Pedro de Macorís.
Dicho Operativo comenzó a las 10 de la mañana con más de 40 personas llevando la palabra de Dios en todo el Batey casa por casa, donde se pudo apreciar la gran necesidad que tenían las personas que moran allí no solamente económica sino espiritual. Las personas fueron muy abiertas y aceptaron la palabra con gozo y muchas de ellas entregaron sus vidas al Señor.
Además de esto, durante ese evangelismo fueron destruidos varios altares de brujería y hechicería y las personas fueron liberadas de ese demonio que poseían sus vidas.
El evangelismo casa por casa terminó al mediodía, cuando el grupo se reunió en la escuela del Batey para tomar un reposo y almorzar, mientras se recortaban a los niños y hombres del batey por algunos de los miembros del grupo.
A las 1:30 se comenzó a entregar ropa y comida a todos los moradores de Inocencia, abasteciéndolos de vestimenta y supliéndoles alimentos, así como también agua potable que se llevó en un camión, ya que en el batey el agua es muy escasa.
Asimismo, ya a partir de las 2 de la tarde, se comenzó a atender médicamente a las personas residentes del local, curando heridas menores y recetando y regalando medicamentos de acuerdo a las necesidades y problemas que presentaban las personas.
A las 3 P.M. se preparó un equipo de payasos que estuvieron animando a los niños de todo el Batey, jugando con ellos y regalándoles juguetes, provocando en cada uno de ellos grandes sonrisas y por supuesto ministrándoles cuanto Dios los ama.
Una hora más tarde tuvo lugar lo que fue el cierre del Operativo, con una avanzada evangelística en la cual los raperos de la iglesia llevaron la palabra de Dios a través de la música de géneros rap y regueton.
Se terminó con una palabra especial y un llamado de Dios para el Batey a cargo del Hermano Luís Carlos. Al final se reportaron alrededor de 15 personas que habían entregado sus vidas a Cristo, entre ellas uno de los colaboradores que había ido con el ministerio a ayudar en la obra.
por Carlos Rey
«... un hombre tiene madre, mujer y un chico. Una noche matan misteriosamente a la madre. Las investigaciones de la policía no llegan a ningún resultado. Un tiempo después matan a la mujer; la misma cosa. Finalmente matan al chico. El hombre está enloquecido, pues quiere a todos, sobre todo al hijo. Desesperado, decide investigar los crímenes por su cuenta. Con los habituales métodos inductivos, deductivos, analíticos, sintéticos, etcétera, de esos genios de la novela policial, llega a la conclusión de que el asesino deberá cometer un cuarto asesinato, el día tal, a la hora tal, en el lugar tal. Su conclusión es que el asesino deberá matarlo ahora a él. En el día y hora calculados, el hombre va al lugar donde debe cometerse el cuarto asesinato y espera al asesino. Pero el asesino no llega. Revisa sus deducciones: podría haber calculado mal el lugar: no, el lugar está bien; podría haber calculado mal la hora: no, la hora está bien. La conclusión es horrorosa: el asesino debe estar ya en el lugar. En otras palabras: el asesino es él mismo, que ha cometido los otros crímenes en estado de inconsciencia. El detective y el asesino son la misma persona.
»... La conclusión es evidente: ... el hombre se suicida. Queda la duda de si se mata por remordimientos o si el yo asesino mata al yo detective, como en un vulgar asesinato.»1
Así narra el escritor argentino Ernesto Sábato, en boca de su personaje Hunter, «una linda idea para una novela policial» que se le ha ocurrido a éste, tal y como se la cuenta a su prima Mimí. Llega a ser la trama de una novela dentro de otra, tratándose ésta de su primera novela famosa, que lleva por título El túnel.
Si bien, según el personaje Hunter que cuenta el relato policiaco, queda la duda de la razón por la que se suicida el protagonista, no debiera haber duda alguna de aquello que lo llevó a cometer los crímenes. Es que cada uno de nosotros padece del mismo mal, al que la Biblia llama «pecado». Es tal su atracción fatal que San Pablo mismo se considera «vendido como esclavo al pecado». La ley del pecado, que lo impulsa a hacer el mal a pesar de que quiere hacer el bien, se opone a la ley de Dios, y lo tiene cautivo. De ahí que haga el mal que no quiere, de modo que ya no es él quien lo hace sino el pecado que habita en él.
«¡Soy un pobre miserable!» —exclama el sufrido apóstol—. ¿Quién me librará de este cuerpo mortal?» Gracias a Dios, no tiene que recurrir al suicidio para librarse de su naturaleza pecaminosa. Así como cualquiera de nosotros, San Pablo concluye que puede recurrir a Jesucristo nuestro Señor y, por medio de Él, ser librado de la ley del pecado y de la muerte.2