Unade las ventajas de ser un creyente fervoroso es que en Zagreb se puede
tomar un café sin necesidad tener dinero. Por lo menos así lo hacen los
clientes del Jedro, un bar donde todas las consumiciones se pagan con rezos.
La lista de «precios» parece la de las penitencias por los pecados. Lo más barato es un café normal que cuesta un «Ave María» y lo más caro una Coca-Cola que son cinco «Salves». Si el café es del tipo Capuchino también resulta algo más caro pues el precio es de cinco «Padre Nuestros». Ahora bien, no hay que clamar al cielo por ello ya que el azúcar y la leche están incluidas.
En el bar no se sirven bebidas alcohólicas y está financiado por la iglesia local del barrio de Jarun que, de esta manera consigue que los feligreses no olviden de las oraciones y recen mas a menudo. «Empezamos con cinco mesas pero ha venido tanta gente que ahora tenemos 20 y nos falta sitio» dijo uno de los encargados según cuenta Ananova.com. Y tal vez recordando la famosa frase de que París bien vale una misa, en Zagreb, un café bien vale un «Ave María». Así que vayan tomando nota que a lo mejor cunde el ejemplo.
