10 malos hábitos que tiene la gente
1. Comerse las uñas: A mí, particularmente, no me molesta que alguien se coma compulsivamente las uñas. A los que suele molestarles es a los que se las comen. Se viven quejando de su mal hábito mientras mordisquean la punta de su dedo pulgar. Ya han probado con todo tipo de esmaltes anti-mordisqueo y, una vez cada seis años, logran que sus uñas sobrepasen un milímetro por encima de la yema de sus dedos.
2. Pegar el chicle en cualquier parte: Así, uno se sienta en el banco de una plaza y arruina el jean que mejor le queda con un masacote (generalmente rosado o blancuzco). La parte inferior de las mesas son otro de los escondites perfectos de los chicles degustados, al igual que las suelas de zapatos y zapatillas de desprevenidos caminantes. Y... lo que nadie quiere que le pase: que el fuckin' chicle haga nido en sus cabeshos.
3. Comer con la boca abierta: Uno puede ver cómo la persona que está enfrente mastica con ganas ese pedazo de bife con ensalada. Nadie comprende cómo puede llenarse el estómago si lo único que hace es expulsar la mitad de la comida que pretende ingerir.
4. Dejar la toalla mojada encima de la cama: Y recién, a la noche, este haragán o haragana (¿cuesta tanto ir a colgar ese pedazo de trapo húmedo al baño?) se dará cuenta de lo molesto de su hábito: cuando intente conciliar el sueño y le resulte difícil debido a que la frazada, la sábana, la funda y el colchón, están impregnados de agua.
5. Tirar envoltorios de caramelos y papelitos que no sirven en la vía pública: 5. Tirar envoltorios de caramelos y papelitos que no sirven en la vía pública
Mal ahí, eh. Mal los que tiran basura en la calle y/o vereda y mal la municipalidad que no se encarga de poner cestos en cada cuadra. Y, en general, cuando los hay, están desechos...
6. Apretar el tubo del dentífrico por la mitad: Si se comparte el baño con otras personas, los que-apretan-el-tubo-como-corresponde, increparán al culpable (no hará falta una exhaustiva investigación para encontrarlo ya que el mismo ha cometido el mismo delito en reiteradas oportunidades... algo así, como un apretador-del-diome crónico).
7. Dejar la tapa del inodoro levantada: No se por que se quejan de esto las mujeres, es como si los hombres se quejaran de que ellas dejan la tapa siempre abajo.
8. Escupir cada cinco segundos: Estos guanacos humanoides (o humanos guanacoides) suelen escupir estrepitósamente en presencia de cualquier persona y en cualquier lugar: en la vía pública, sobre los pisos recién encerados, sobre la alfombra, por la ventanilla del automóvil (salivando a algún desprevenido ciclista que tiene la desgracia de pasar pedaleando a su lado). Nada detiene sus escupitajos que vuelan en picada a la velocidad de la luz para estrellarse asquerosamente contra el piso (con suerte).
9. Dejar los celulares encendidos en el cine: En la mitad de la escena más romántica de la película se siente... “Las pibas quieren cha cha... las pibas quieren cha cha”. Ringtone cumbianchero de pibe que habla a los gritos y se mata a carcajadas arruinando el momento. Y ni te digo, en las escenas de suspenso y/o terror: el sonido de un celular desubicado puede hacer saltar a más de uno.
10. Llegar tarde: Es tan común que ya pasa a ser un mal hábito ejercido o padecido por todos. Siempre hay alguien que se excusa por llegar tres horas tarde o algún colectivo que pasa a la hora que se le canta.[/fon]
Este es mi espacio PERSONAL.. soy Evangélico desde el 2000, mi misiones es ser un canal de bendición a travez de lo que hago. cantar de musica tropical que hablan de las maravillas de Dios. aquí estare compartiendo mi idea y lo que hago. gracia a su misericordia. CRISTO ES EL REY
Saturday, January 24, 2009
malos habitos
Muere adventista de San Pedro de Macorís en accidente en Samaná.
Por Francis Aníbal.SAN PEDRO DE MACORIS. Una joven modista quien pertenecía a la Iglesia Adventista del Séptimo Día, quien residía en esta ciudad, murió como consecuencia de un accidente de tránsito en Samaná.
La víctima es Carmen Julia Acosta Payano, de 41 años, quien residía en la calle Gabriel del Castillo número 6, en el barrio Villa Providencia de San Pedro de Macorís.
Era hija de la señora Julia María Payano, quien labora en el Sindicato de Camioneros de San Pedro de Macorís y del señor Máximo Acosta, quien laboró por mucho tiempo en la empresa Pedro Justo Carrión. Este viajó este viernes a Venezuela para practicarse una operación.
Carmen Julia Acosta Payano participaba en una gira motorizada organizada por la Iglesia Adventista de esta ciudad hacia Samaná.Iba en la parte trasera de la motocicleta junto a su esposo Luis Williams quien en la mañana de este sábado lloraba ante su féretro situado en uno de los salones de la Protectora La Altagracia.
El accidente donde murió Carmen Julia Acosta ocurrió en el Cruce de Monte Plata con Samaná.Murió como consecuencia de los fuertes golpes en la cabeza al caer al pavimento.
Carmen Julia Acosta Payano pertenecía al grupo de Los Conquistadores de la Igelesia Adventista, donde opera en Colegio Juan Pablo Duarte, en la calle Ramón Castillo de Villa Providencia en esta ciudad.
1. Comerse las uñas: A mí, particularmente, no me molesta que alguien se coma compulsivamente las uñas. A los que suele molestarles es a los que se las comen. Se viven quejando de su mal hábito mientras mordisquean la punta de su dedo pulgar. Ya han probado con todo tipo de esmaltes anti-mordisqueo y, una vez cada seis años, logran que sus uñas sobrepasen un milímetro por encima de la yema de sus dedos.
2. Pegar el chicle en cualquier parte: Así, uno se sienta en el banco de una plaza y arruina el jean que mejor le queda con un masacote (generalmente rosado o blancuzco). La parte inferior de las mesas son otro de los escondites perfectos de los chicles degustados, al igual que las suelas de zapatos y zapatillas de desprevenidos caminantes. Y... lo que nadie quiere que le pase: que el fuckin' chicle haga nido en sus cabeshos.
3. Comer con la boca abierta: Uno puede ver cómo la persona que está enfrente mastica con ganas ese pedazo de bife con ensalada. Nadie comprende cómo puede llenarse el estómago si lo único que hace es expulsar la mitad de la comida que pretende ingerir.
4. Dejar la toalla mojada encima de la cama: Y recién, a la noche, este haragán o haragana (¿cuesta tanto ir a colgar ese pedazo de trapo húmedo al baño?) se dará cuenta de lo molesto de su hábito: cuando intente conciliar el sueño y le resulte difícil debido a que la frazada, la sábana, la funda y el colchón, están impregnados de agua.
5. Tirar envoltorios de caramelos y papelitos que no sirven en la vía pública: 5. Tirar envoltorios de caramelos y papelitos que no sirven en la vía pública
Mal ahí, eh. Mal los que tiran basura en la calle y/o vereda y mal la municipalidad que no se encarga de poner cestos en cada cuadra. Y, en general, cuando los hay, están desechos...
6. Apretar el tubo del dentífrico por la mitad: Si se comparte el baño con otras personas, los que-apretan-el-tubo-como-corresponde, increparán al culpable (no hará falta una exhaustiva investigación para encontrarlo ya que el mismo ha cometido el mismo delito en reiteradas oportunidades... algo así, como un apretador-del-diome crónico).
7. Dejar la tapa del inodoro levantada: No se por que se quejan de esto las mujeres, es como si los hombres se quejaran de que ellas dejan la tapa siempre abajo.
8. Escupir cada cinco segundos: Estos guanacos humanoides (o humanos guanacoides) suelen escupir estrepitósamente en presencia de cualquier persona y en cualquier lugar: en la vía pública, sobre los pisos recién encerados, sobre la alfombra, por la ventanilla del automóvil (salivando a algún desprevenido ciclista que tiene la desgracia de pasar pedaleando a su lado). Nada detiene sus escupitajos que vuelan en picada a la velocidad de la luz para estrellarse asquerosamente contra el piso (con suerte).
9. Dejar los celulares encendidos en el cine: En la mitad de la escena más romántica de la película se siente... “Las pibas quieren cha cha... las pibas quieren cha cha”. Ringtone cumbianchero de pibe que habla a los gritos y se mata a carcajadas arruinando el momento. Y ni te digo, en las escenas de suspenso y/o terror: el sonido de un celular desubicado puede hacer saltar a más de uno.
10. Llegar tarde: Es tan común que ya pasa a ser un mal hábito ejercido o padecido por todos. Siempre hay alguien que se excusa por llegar tres horas tarde o algún colectivo que pasa a la hora que se le canta.[/fon]