SANTO DOMINGO.- “No fue nunca la divisa del instinto de matar ni fue el rígido instrumento de la fuerza militar”. Así reza el himno escrito en honor del tercer padre de la Patria, responsable del trabucazo el 27 de febrero, que inició el proceso independentista, y prócer del movimiento restaurador de 1863. Su entrega a la causa de independencia y sus aportes al movimiento guerrerista de nuestra patria han hecho que este natalicio haya sido declarado “Día de las Fuerzas Armadas” en honor de este prohombre.
Ramón Matías Mella nació un día como hoy, 25 de febrero del año 1816, en la ciudad de Santo Domingo, hijo de Antonio Mella y Álvarez y Francisca Castillo Álvarez. En Santo Domingo creció y vivió, adquiriendo para su adolescencia y primera juventud fama de hombre de valor. Se le reputaba como muy diestro en el uso de la espada y el sable.
En 1835, a los diecinueve años, es nombrado “Preposé”, o encargado de la común de San Cristóbal. Al parecer allí se dedicó también al negocio del corte de madera, actividad de la que se ocupaba Antonio Duvergé, lo que supone que se conocieron desde entonces.
Aunque no se tiene la fecha cierta en la que conoce a Juan Pablo Duarte, se sabe que se adhirió a la sociedad La Trinitaria, en calidad de “comunicado”, junto a Francisco del Rosario Sánchez y Félix María del Monte.
Duarte vio en Mella un discípulo de condiciones excepcionales y lo designó para substituir a Juan Nepomuceno Ravelo cuando éste fracasó en las gestiones que le encomendara, de llegar a un acuerdo con los dirigentes haitianos cuando se organizara el movimiento de la Reforma de Charles Herard.
En la noche del 27 de febrero de 1844 es de los primeros conjurados en llegar a la Puerta de la Misericordia. Exhorta a unos pocos temerosos a no abandonar el lugar y, audaz e impulsivo, Mella dispara su famoso trabucazo en la Puerta de la Misericordia, partiendo desde allí los conjurados hacia la Puerta del Conde, donde es proclamada la República e izada la Bandera Dominicana.