Bárbaro
La etimología de la palabra Bárbaro procede del griego y su traducción literal es "el que balbucea". Aunque los griegos empleaban el término para referirse a personas extranjeras, que no hablaban el griego, existen escritos, como los de Isócrates, que demuestran una apertura de este pueblo para concebir a los bárbaros no como "extranjeros", sino como individuos que carecían de educación, independientemente de su lugar de nacimiento.
Los romanos tomaron posteriormente la palabra y su significado para el trato con los pueblos que invadieron el Imperio Romano. Los clásicos dieron el nombre de bárbaros a todos los extranjeros de las comarcas fronterizas con el Imperio, y con los que lucharon, si bien se limita la consideración a los que, ocupando en Europa las comarcas al norte del Imperio, invadieron éste, apoderándose de su parte occidental.
Estos pueblos formaban tres grupos:
- El de raza amarilla (avaros y hunos)
- El de raza blanca eslava (Vendos, en lo que hoy es Polonia), Sármatas, en el Danubio y Alanos, a orillas del mar Negro
- El de raza blanca no eslava, grupo que se detalla a continuación.